La Plata, Buenos Aires, Argentina,

MUSICA EN EL TRANVIA


En los años 50 la ciudad era mucho más tranquila no había tantos autos, el cuatro ruedas no era para cualquiera y esto a los que más complicaba era a los músicos, en especial a los contrabajistas y baterístas, no era fácil llegar hasta los clubes a donde se debía actuar, más aún si los mismos se encontraban fuera del radio de la ciudad. Esto hacia que se tuviese que utilizar el transporte público, micros (los que eran bastante pequeños) y tranvía. Llegar por ejemplo hasta Las Quintas, La Granja, Capital Chica, Olmos, era toda una odisea. Imaginen ustedes al del contrabajo parado en un rincón del tranvía al lado del guarda....Yo cantaba y hacia percusión, pero estudie contrabajo, ya lo dije en otras ocasiones, en el Conservatorio Gilardo Gilardi...pero por fortuna solo hice una actuación como tal, acompañando a una joven cantante de tangos de ese entonces llamada Silvia Estrada, fue en los bailes de Estudiantes cuando se presentaba Escala Musical.... A las 21 horas salíamos para la milonga con nuestros uniformes de "lame" y en algunos casos de colores vivos. La ida no resultaba tan difícil, la cosa se complicaba a la vuelta cuando a las tres o cuatro de la mañana terminado el baile regresábamos, la multitud de bailarines se agolpaba en la parada del micro y nosotros ibamos a subir si se producía un milagro. Lo más práctico era entonces caminar todos juntos, por el medio de la calle en fila india; por la calle ya que en algunos lugares no había ni veredas. Así llegábamos hasta algún sitio más accesible para tomar el tranvía que era más cómodo. A propósito de tranvía, recuerdo que una noche tocamos en Los Hornos y en 60 y 137 tenía la parada final el cinco,  de ahí regresaba para el lado del centro. En esa ocasión tuvimos suerte ya que viajamos cómodos, eramos jóvenes y teníamos una polenta tremenda, luego de haber hecho tres entradas de 45 minutos cada una, nos quedaba resto para seguir, fue así que en el medio del viaje los muchachos pelaron sus instrumentos y empezaron a tocar en el viejo coche, que se movía para todos lados crujiendo como si se fuese a desarmar, este servia de escenario improvisado, el resto del pasaje chocho, quizá nunca habían viajado con música en vivo. Lo lindo del caso fue cuando varias parejas se pusieron a bailar en el pasillo y otros sobre los asientos, jajaja!!! la cara de los tanos, me refiero al motorman y al guarda, no sabían que hacer para poner orden. Pero tras 30 o 40 minutos llegamos hasta el centro de la ciudad, allí nos bajamos y cada uno para su casa. Por suerte ya en los 60 la cosa fue cambiando, alguno que se compraba el coche y transportaba al menos los instrumentos, y también por la aparición de las combis que se comenzaron a utilizar por todos los músicos, ya que viajan cómodos ida y vuelta, había espacio para para nosotros y los plomos (Chicos que se encargaban de bajar los instrumentos y armar el escenario) y también para los colados, que eran los que al llegar al baile se acercaban y nos pedían algún instrumento para entrar gratis al baile. Lindas épocas, si hasta nos dabamos el gusto de hacer música en el tranvía.