La Plata, Buenos Aires, Argentina,

1 y 35....¡¡¡LA ESQUINA!!!!

Como narro en uno de mis libros, nací en un barrio recostado sobre rieles, los del tranvía y el ferrocarril. Siempre recordaré la esquina, allí donde toda la barra se juntaba, para ser más exacto, en la garita que cobijaba al guardabarrera, entre estos: Arteka, Bruzzone, Ricci, Amaro y otros tantos. En ese pequeño habitáculo de madera y chapa íbamos haciendo proyectos para nuestro futuro, también desde allí relojeabamos a las pibas del barrio ¿Qué será de ellas?...recuerdo que cuando me hacia la rata al colegio, me quedaba toda la mañana allí encerrado tomando mate y haciendo chistes, y lo que aún me sigue mortificando, es recordar a mi madre pasando por la vereda de enfrente, regresando de la feria con las bolsas repletas que le reventaban las manos, y yo allí como si nada….. Si hablamos de barrio no puedo olvidar al querido “Club Juventud”, el fue quien marcó mi destino. Allí en una hermosa noche de verano me presentaba ante mis vecinos como cantante, aún estoy viendo el momento en que cruzaba la amplia pista al aire libre rumbo al escenario, luciendo el uniforme de la orquesta; saco celeste cruzado, pantalón crema, zapatos blancos, camisa y moño al tono, mientras escuchaba el comentario de las damas, eso en cuanto a la música, lo de locutor es otra historia. En lo alto de la vieja y elegante casona del club, colocaban un gran parlante, por entonces llamado bocina, el mismo era utilizado para difundir las actividades de la institución, entre estas, los bailes, desde mi casa distante a una cuadra, por las tardecitas escuchaba al “locutor” que decía: “Esta es la voz del Club Cultural y Deportivo Juventud sito en la calle 35 nº 330 al 32, anunciando para este sábado a las 22 su gran reunión danzante, con la actuación del éxito de Capital Federal, la Jazz de Varela Varelita, con el trompetista Rondinelli y la voz de René Varela, y la música de tango con el maestro Juan D’arienzo, (el Rey del Compás) cantando Alberto Echagüe….y de nuestra ciudad la orquesta Cuacci –Ibarra. Precios populares, los esperamos!!!”…así todas las semanas, esto dio lugar a mi vocación, primero como músico y luego locutor.….Lo único que lamento que perdí muchos malones, cumpleaños, asaltos, amigos, ya que la intensa actividad que había elegido me llevaba por caminos muy lejanos a los de la muchachada del barrio. Cuantos años han pasado!!

MIS AÑOS EN EL CAÑO

Recodaba junto a un amigo esas maravillosas noches de "Caño 14". Allá por 1975 comencé a trabajar como Presentador o Maestro de Ceremonias, como solía decirse por entonces. Llegaba con el recordado músico y amigo Nito Valente, ya que viajabamos juntos desde La Plata a Capital, para ser más precisos a la calle Talcahuano casi Alvear. A las 11 de la noche de lunes a sábado entrabamos a "La Catedral del Tango en Buenos Aires", bien de traje, por supuesto todas las noches uno diferente,  afeitado y peinado, con los pocos pelos que tenía. La imágen era primordial ya que allí se daban cita todos los tangueros, un 80 por ciento de turistas, Japoneses, Alemanes, Franceses, Italianos y no se cuantas nacionalidades más, al final de la noche me enteraba por las diferentes marquillas de cigarrillos que quedaban sobre las mesas y las que me disputaba con los mozos ya que todos las coleccionabamos. En ese sitio donde permanecí por un lapso de cinco años conocí a todos los grandes del tango, muchos se han ido y con los que estan continuo teniendo una amistad a pesar que es poco lo que nos vemos. Se presentaban todas figuras de renombre, Anibal Troilo, Goyeneche, el Sexteto Mayor, Osvaldo Pugliese, Ruben Juarez, Alberto Podesta, Hugo Marcel, Virginia Luque, sería muy larga la lista para nombrarlos a todos. Los dueños del lugar eran: Fiasqué, no recuerdo el nombre, que se ocupaba de todo, Mochín Marafiotti un hombre de radio, Reynaldo Martino ex crack de San Lorenzo de Almagro y Atilio Stamponi, que también actuaba junto a su orquesta. El sitio funcionaba en un elegante sub suelo con poca luz en la sala pero mucha sobre el escenario. Todas las noches la misma rutina, que se alteraba cuando tenía que presentar aVirginia...mis últimas palabras antes de su actuación eran: "con ustedes la Estrella de Buenos Aires, la Señora Virginia Luque!!!!!!!!!!!", yo bajaba tres escalones del escenario que era bajo, le daba la mano y ella ni bien pisaba esa escalera comenzaba a cantar. Entre número y número nos poniamos a charlar o a escuchar los chistes del "polaco" Goyeneche, aunque mientras actuaba Virginia Luque, dado lo extenso de su show, tenía tiempo de correrme hasta "El Cuartito" una de las mejores pizzerias que se hallaba casi pegada al Caño, me comía unas porciones con faina y regresaba, pero la actuación aún no había terminado. Las anécdotas que se podrían contar de ese lugar serían interminables. Una noche Fiasqué contó el porque del nombre, decía que antes de inaugurar comenzaron a pensar en ello, hasta que alguien dijo: "con este boliche vamos a ir todos a los caños ya que se va a llenar de borrachos" y otro más ingenioso replico: "lo tengo!!!, se va a llamar Caño 14", había tomado las palabras de su socio, "caños y borrachos" y fue así que unio la primera palabra con el 14 que en la jerga quinielera es el borracho....Pero llego el momento en que no daba más, muchos viajes, trasnochadas, mal dormido y, al día siguiente tenía mis otras actividades (la banda y la radio) y dije hasta aquí llegue, no solamente fue un trabajo, sino una grata experiencia que me permitió tomarle el gusto al 2 x 4 y conocer a los mayores interpretes. Asi pasaron mis años en el Caño...en el "Caño 14".